jueves, 1 de noviembre de 2012

Día de muertos y Halloween

Se habla mucho de que al llenarse de representaciones óseas nuestro alrededor los mexicanos se burlan de la muerte y que la fiesta del 2 de noviembre se vive con jovialidad y alegría expresada con música, pero en mi experiencia no ocurre cosa parecida. Es una ocasión en la que cunde la tristeza con abundancia. Basta ver las miradas de aquellos que acuden a los panteones locales como para notarlo.

Lo de conmemorar a los muertos es una festividad noble, conmovedora y llena de humanidad. Pero puede ser tan dura y dolorosa como para llevar sobre de uno...

Comprendo por qué hay veces que parece que el Halloween tiene más éxito: la oportunidad de disfrazarse y divertirse una vez al año es más atractiva por su ligereza. Quizás sea por la influencia de los medios, pero también pienso que ante un mundo tan lleno de hechos terribles hay quien va a optar por un poco de alegría pasajera. Halloween es un pretexto perfecto en ese sentido, y la gente no adopta automática e involuntariamente todo lo que se le propone, considero.

Ambas fiestas son a fin de cuentas para circunstancias muy distintas en la vida, no siempre va a optar la gente por la solemnidad, que es muy respetable pero tiene espacios muy bien delimitados.

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