viernes, 4 de enero de 2013

Las compilaciones musicales y el mercado informal

En ese período entre la aparición de los DVD y el fortalecimiento de Youtube como la ventana para mirar videos por excelencia, el medio principal que muchos tenían para hacerse de una colección de clips musicales era el mercado informal. Aún cuando había la opción de conseguir cintas VHS, LaserDiscs, CDs mixtos y los propios DVDs con antologías temáticas o los éxitos de tal o cual artista, es comprensible por qué se recurría a ese material, digamos, alternativo.

Aparte del obvio asunto del precio, siendo sumamente dispar la diferencia entre lo que se pagaba en la tienda de discos y el puesto ambulante, recuerdo haber revisado muchas veces la oferta oficial que se expendía en las cadenas y era escasa y poco variada. Es de seguro un asunto de derechos y demás: lo que se puede publicar depende de si se puede pagar las regalías correspondientes o no. Pero también está el problema de que, en un justo afán por recuperar lo invertido en la producción de su material, las productoras se ciñen a la inclusión de las canciones más conocidas por el público. Y no saben que frustrante es encontrarse con las mismas canciones una y otra vez en cada colección. Queda un repertorio tan exiguo como si de la programación de una estación de adulto contemporáneo de radio abierta se tratara (como Universal Estéreo, gentil lector del centro de México).

En ese aspecto de las libertades artísticas los productores de material pirata las llevan de gane e involuntariamente muestran los limites y las carencias de la industria del disco. No todos los discos eran así, pero era frecuente encontrarse con recopilaciones seleccionadas a mano al gusto de su autor. Me imagino que en aquellas épocas quienes las hacían se dedicaban a bajar los archivos de video que más les llamaban la atención de las redes de intercambio P2P, lo cual implica dedicación y paciencia dadas la escasa velocidad del internet de aquellos tiempos. De semanas estamos hablando, y de búsquedas de archivos individuales.

Los resultados eran más del agrado de los compradores que los discos de la industria fonográfica. Y conste que en ocasiones la calidad dejaba mucho que desear, dadas las bajas resoluciones de esas grabaciones obtenidas de la televisión, de canales como VH1 o MTV (el de antes). Pero de lo que se trataba era entretenerse sin grandes pretensiones.

La aparición de Youtube ha debilitado, considero, el interés por esos discos piratas. Ya es un tanto ocioso ponerse a buscar lo mejor de las canciones de los 80's en un puesto de un mercado ambulante (tianguis, amable lector mexicano) cuando basta con dar unos teclazos en ese portal para hallar listas de reproducción suficientes como para ocupar muchos ratos de ocio. Se cuenta también con la iTunes Store y, si aún se desea, se puede buscar todavía los discos en las tiendas departamentales, aunque es probable que la oferta siga siendo tan escasa como en otras épocas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario